Ya sabemos que no es lo mismo construir un muro para exteriores, que esté al aire libre al menos en una de sus caras, que hacerlo para un espacio interior. En el caso del exterior, suele tratarse de un muro que tiene que resistir más carga y unas condiciones climáticas más adversas, algo que no sucede con los muros interiores.
El material para el exterior es necesario que tenga unas características que permita mantener la integridad ante las inclemencias del tiempo, y debe aportar una mayor consistencia. En un muro exterior también es posible que se produzcan golpes, por lo que hay que contar con unos ladrillos de mayor grosor y una composición más resistente.
Los muros exteriores necesitan más consistencia y resistencia que los interiores
En los muros exteriores, que pueden funcionar como fachada, hay que contar con la presencia de otros elementos, como ventanas o puertas, además que pueden tener que soportar vigas, así que hay que planificar muy bien cómo debemos levantar este muro.
En el interior, no hace falta que exista tanta resistencia. Posiblemente, bastará con unos ladrillos más ligeros y la propia colocación puede ser mucho más sencilla que si se tratara de un muro exterior.
El material para unir los ladrillos también ha de ser mucho más ligero y no hace falta que sea tan potente. En un muro exterior incluso se puede levantar utilizando más de una fila de ladrillos, creando un muro más consistente, pero uno interior, si no es un muro de carga, puede ser mucho más ligero.Incluso aunque tengamos que colocar una puerta o una ventana interior, los ladrillos pueden ser más sencillos, al igual que el material que los une. Para poder distribuir el cemento, podemos utilizar el deslizador de mortero, Tendel Pro. Con esta herramienta podemos colocar el mortero de manera muy sencilla y eficiente, sea un muro interior o un muro exterior.